El segundo día del alto el fuego entre Israel y Hamás ha traído un respiro temporal a la región, permitiendo que miles de palestinos se desplacen al norte de la Franja para evaluar los daños en sus hogares. Sin embargo, lo que encuentran son mayormente escombros, reflejo de la devastación tras meses de intensos enfrentamientos. La entrada de camiones con ayuda humanitaria ha comenzado, aunque algunos han sido asaltados por ciudadanos desesperados tras un largo periodo de bloqueo. En este clima de incertidumbre, el ejército israelí se mantiene en la línea amarilla, conforme al pacto alcanzado, y no se han registrado nuevos ataques.
A la espera de la entrega de los rehenes israelíes por parte de Hamás, situación que se espera ocurra el lunes, la comunidad internacional fija su atención en la ceremonia de firma del acuerdo de paz en Sharm el Sheij. Se anticipa la asistencia de líderes políticos de renombre, como Donald Trump, Keir Starmer y Pedro Sánchez, en un intento de consolidar este frágil alto el fuego. La situación sigue siendo tensa, pero la tregua ofrece una oportunidad crucial para avanzar hacia una solución más duradera en un conflicto que ha traído sufrimiento y destrucción a miles de personas.
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