España se encuentra a pocos días de su tradicional cambio al horario de invierno, que se producirá en la madrugada del 26 al 27 de octubre, cuando los relojes se atrasarán una hora, moviéndose de las tres a las dos de la madrugada. Este ajuste temporal, que se realiza desde 1974 con el propósito de ahorrar energía y alinear mejor la jornada laboral con las horas de luz diurna, se mantendrá hasta al menos 2026 según el Boletín Oficial del Estado. Sin embargo, este cambio ha sido objeto de debate tanto a nivel nacional como europeo. La Unión Europea ya ha abierto la discusión sobre si mantener o no este ajuste bianual, aunque, hasta ahora, no se ha alcanzado un consenso que permita su eliminación.
El cambio de hora no es el único aspecto controvertido en España; el huso horario actual del país también suscita polémica. Desde 1940, España se rige por la Hora Europea Central, una medida adoptada durante el régimen de Francisco Franco para alinear el horario del país con el de otros estados europeos. Esto ha llevado a que España esté una hora adelantada en invierno y dos durante el verano, comparada con la posición solar que le correspondería geográficamente, situándola en el mismo horario que Reino Unido o Portugal. Este tema ha generado opiniones diversas entre la ciudadanía, como lo ha mostrado una encuesta del CIS donde el 62% de los encuestados prefieren eliminar los cambios horarios, inclinándose mayoritariamente por permanecer en el horario de verano. La situación actual mantiene en vilo los futuros ajustes al huso horario del país, dejando en el aire el camino a seguir después de 2026.
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