En una reciente reunión celebrada el 19 de diciembre, Miguel Polo, representante del organismo estatal, admitió que no se emitieron alertas a tiempo sobre el aumento del caudal en el barranco que resultó ser escenario de un trágico suceso. Esta omisión en la comunicación y prevención ha generado serias críticas y preocupaciones tanto entre los funcionarios locales como entre la población afectada, que ahora exige respuestas y medidas para evitar que hechos similares se repitan en el futuro. Durante el encuentro, Polo se mostró abierto a la evaluación de los protocolos actuales, reconociendo la necesidad de implementar mejoras urgentes en la gestión de alertas meteorológicas y de seguridad.
Este reconocimiento de responsabilidad surge en un contexto donde las condiciones climáticas extremas se han intensificado, y cada vez es más apremiante garantizar una respuesta rápida y efectiva de las instituciones implicadas. La falta de una notificación adecuada sobre la crecida del caudal pone en evidencia las debilidades en el sistema de alerta temprana, un aspecto crucial para salvaguardar vidas y propiedades. Al respecto, se espera que este incidente impulse una revisión a fondo de las estrategias operativas y de comunicación entre los cuerpos de emergencia y las entidades estatales responsables de la gestión de riesgos asociados a fenómenos naturales. La comunidad local sigue atenta a los pasos que se tomarán para corregir estas deficiencias y restablecer la confianza en las autoridades encargadas de su seguridad.
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