En el subsuelo de São Paulo, un innovador proyecto de infraestructura ha transformado la manera en que se gestionan los espacios urbanos, demostrando cómo las obras subterráneas pueden descongestionar las ciudades y mejorar la calidad de vida. Este desarrollo subterráneo permite la creación de espacios multifuncionales, contribuyendo a un uso más eficiente del terreno y proporcionando nuevas oportunidades para el comercio y la convivencia ciudadana. Al aprovechar el espacio bajo la superficie, se ha logrado reducir el tráfico en las vías principales, aliviando así la presión sobre los sistemas de transporte y favoreciendo un entorno más sostenible y habitable.
Por otro lado, el campo de placas solares en Almendralejo representa un ejemplo sobresaliente de cómo las energías renovables pueden impulsar la economía local y combatir el cambio climático. Este proyecto no solo genera electricidad limpia para miles de hogares, sino que también ha creado empleos y ha fomentado el desarrollo de tecnología verde. En Casablanca, junto al mar, se ha implementado un ambicioso plan de protección costera que no solo salvaguarda la biodiversidad, sino que también promueve el turismo sostenible. Estos tres proyectos evidencian cómo las grandes obras de infraestructura pueden tener un impacto positivo significativo en la sociedad, marcando un camino hacia un futuro más verde y equitativo.
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