Este lunes se dará inicio a una huelga general de conductores de autobuses urbanos, interurbanos y grúas en toda España, exigida para reivindicar la jubilación anticipada dentro del sector. Con servicios mínimos fijados al 50% a nivel estatal, los paros afectarán significativamente el transporte de pasajeros y podrían extenderse de forma indefinida a partir del 23 de diciembre si no se logra un acuerdo. Las comunidades autónomas y ayuntamientos han decretado sus propios servicios mínimos, variando entre un 40% y 60% en horas punta, dependiendo de la región. La medida, que verá más jornadas de paro en fechas como el 11, 28 y 29 de noviembre, así como el 5 y 9 de diciembre, busca ser una presión adicional en las negociaciones entre los sindicatos y la patronal.
Las negociaciones entre las partes, mediadas por el Ministerio de Trabajo y Economía Social, no lograron alcanzar un acuerdo satisfactorio la semana pasada, lo que provocó la decisión de continuar con la huelga. Mientras la Confederación Española de Transporte en Autobús (Confebús) y la Asociación de Transportes Públicos Urbanos y Metropolitanos (ATUC) han expresado su descontento, instan a los sindicatos a realizar un estudio pormenorizado sobre los impactos de la jubilación anticipada antes de solicitar formalmente el procedimiento al Ministerio. Mientras tanto, los sindicatos han convocado concentraciones y continúan abiertos al diálogo, con una reunión programada para el 6 de noviembre en el sector de las grúas, aunque la situación en el sector de autobuses permanece incierta.
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