En respuesta al notable aumento del uso de patinetes eléctricos, las ciudades en España, particularmente Barcelona, han intensificado las medidas de vigilancia y regulación de estos vehículos de movilidad personal (VMP). Se han implementado nuevas normativas que exigen el uso de casco, limitan la velocidad a 25 km/h y requieren un seguro, lo cual ha sido acompañado de controles adicionales para garantizar su cumplimiento. La Guardia Urbana de Barcelona ha adoptado un dispositivo innovador que permite detectar si los patinetes están trucados. Este dispositivo, similar a los sistemas utilizados en las estaciones de ITV, funciona colocando el patinete sobre el aparato para comprobar si supera la velocidad establecida por la Dirección General de Tráfico. Recientemente, un caso relevante involucró la detención de un individuo cuyo patinete alcanzaba velocidades de hasta 113 km/h, resultando en una multa de al menos 500 euros y la retirada del vehículo al depósito municipal, entre otras sanciones asociadas a delitos contra la seguridad vial.
Por otro lado, el Ayuntamiento de Barcelona ha avanzado en la regulación de VMP y bicicletas mediante la modificación de la ordenanza municipal. Ahora se prohíbe que estos vehículos transiten por las aceras, salvo excepción hecha para los menores de 12 años en bicicletas, y establece requisitos adicionales como el uso obligatorio de casco. Además, los patinetes eléctricos no podrán ser utilizados por menores de 16 años y su uso está limitado a una sola persona. En los carriles bici ubicados en aceras, la velocidad se ha restringido aún más, a 10 km/h, reforzando un enfoque de seguridad en las áreas urbanas. Estas medidas reflejan los esfuerzos de las ciudades por mantener un equilibrio entre la modernización del transporte urbano y la seguridad vial, ante el creciente auge de los patinetes eléctricos en el territorio español.
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