Madrid se prepara para acoger un espectáculo de danza contemporánea que promete desafiar las percepciones tradicionales del arte escénico. Entre los días 13 y 14 de febrero, el Centro de Cultura Contemporánea Condeduque abrirá sus puertas al estreno de «Encantado», una obra cargada de simbolismo y crítica social, creada por la coreógrafa y bailarina brasileña Lia Rodrigues.
Rodrigues, una figura histórica de la danza contemporánea, surgió en las profundas y complejas realidades de la favela de Maré, en Río de Janeiro. Su arte es un reflejo directo del entorno en el que nació, fusionando la precariedad con la riqueza cultural, y utilizando la danza como un medio de transformación social.
La pieza «Encantado» se perfila como una exploración entre lo sagrado y lo profano, convirtiéndose en un escenario donde lo mundano y lo sublime coexisten. Empleando objetos cotidianos de bajo costo, Rodrigues teje una narrativa visual que subraya los contrastes de Brasil, un país de belleza deslumbrante junto a realidades crudas. A través de la actuación de 11 intérpretes, la obra da vida a figuras y composiciones que evocan la diversidad y las contradicciones del lugar que la inspira.
El recital se incluye dentro de la exposición «Este puede ser el lugar. El museo performado.» y anuncia a la coreógrafa como una de las voces más influyentes del baile contemporáneo. Lia Rodrigues, nacida en 1956 en São Paulo, ha recorrido un camino notable desde sus días en París, donde absorbió influencias junto a Maguy Marin, pionera de la nouvelle danse francesa. En 1992, ya de regreso en Brasil, fundó Panorama, el festival de danza más importante del país.
Quizás su emprendimiento más significativo es la implantación de su compañía en el corazón de Maré, donde desde 2004 ha usado el arte para abogar por el cambio social. En 2009, estableció el Centro de Artes Maré, seguido por una escuela de danza que hoy educa a unos 350 alumnos, más de la mitad de los cuales son residentes de la favela. Con ellos, Rodrigues ha construido una obra que desafía los límites de la danza, abordando temas urgentes como la pobreza, la historia y la violencia, y encontrando una belleza inesperada en elementos de desecho que sirven como escenografía y atrezzo.
A medida que «Encantado» llega a Madrid, se presenta como una oportunidad única para sumergirse en una propuesta artística que no solo se aprecia por su estética, sino que también resuena como un poderoso agente de reflexión y transformación social.