El Centro de Cultura Contemporánea Condeduque, gestionado por el Área de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid, será el escenario del nuevo desafío teatral propuesto por la compañía catalana Ça Marche. La pieza, titulada «Trabajos forzados», se presentará el próximo 7 de mayo, integrando en su proceso creativo a un grupo de personas de la comunidad sorda de Barcelona, quienes se han involucrado activamente en las decisiones artísticas del proyecto.
Esta innovadora obra invita a reexaminar nuestra relación con el lenguaje y su manifestación en el cuerpo, desafiando la tradicional imposición de la oralidad en la civilización occidental. A través de un enfoque poético y literal, «Trabajos forzados» explora la idea de la voz y sus múltiples interpretaciones.
En el escenario, la performer sorda Pepita se convierte en narradora, compartiendo historias en lengua de signos catalana (LSC) y español oral. Un intérprete de LSC acompaña la representación, transformándose en un activo participante que redefine el arte de traducir. Más que una simple conversión lingüística, la LSC se erige como un componente esencial de la narrativa del espectáculo.
Inspirada en la tradición de la narración oral, la obra invita a espectadores sordos y oyentes a un viaje sensorial que desafía las nociones convencionales de accesibilidad y lenguaje. A través de gestos, vibraciones y silencios, el público se adentra en una experiencia única que promueve la percepción compartida y la expresión diversa del mundo.
Desde su fundación en 2015, Ça Marche ha mantenido su compromiso de equilibrar la ética y la excelencia artística. En el desarrollo de «Trabajos forzados», han colaborado estrechamente con asociaciones, instituciones y otras compañías dedicadas a la accesibilidad. Esta pieza forma parte del proyecto europeo Future Laboratory, compartiendo el objetivo de crear espacios y proyectos que amplíen la experiencia artística e incrementen su impacto en el futuro.
«Trabajos forzados» no solo promete una experiencia estética provocadora, sino también un compromiso continuo con la ampliación de las fronteras del lenguaje y la inclusividad, marcando un hito en la colaboración con la comunidad sorda.