La misión de retorno de los astronautas estadounidenses Suni Williams y Butch Wilmore desde la Estación Espacial Internacional (ISS) se ha completado con éxito tras más de nueve meses en el espacio, un periodo lleno de incertidumbre y cambios inesperados. A bordo de la cápsula Dragon de SpaceX, la nave inició su maniobra de reentrada a las 22:11, hora peninsular española, el pasado martes y amerizó suavemente en el Atlántico a las 22:57, frente a la costa de Tallahassee, Florida. Este retorno marcó el fin de una misión que originalmente debía durar solo ocho días, pero que se extendió a 285 debido a problemas técnicos con la nave Starliner de Boeing, en la cual despegaron. Los fallos de dicha nave en el vuelo de ida provocaron una serie de aplazamientos y ajustes logísticos que hicieron que los astronautas fueran integrados en la misión Crew-9 de la NASA para asegurar su regreso seguro.
Durante este prolongado tiempo en el espacio, la misión no estuvo exenta de controversias políticas, especialmente con la intervención del presidente Donald Trump, quien utilizó la situación para criticar al expresidente Joe Biden, catalogando a Williams y Wilmore como «los astronautas abandonados en el espacio». Además, Elon Musk, líder de SpaceX y asesor cercano de Trump, jugó un papel mediático al anunciar su intención de «rescatar» a los astronautas a pesar de que la NASA ya tenía un plan establecido para su regreso. Con la llegada de la misión de relevo Crew-10 y después de un breve traspaso de poderes, el regreso finalmente se realizó según lo previsto, cerrando un capítulo complejo en la exploración espacial que no solo puso a prueba la resistencia y capacidad de adaptación de los astronautas, sino también las dinámicas políticas y empresariales en torno a la carrera espacial contemporánea.
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