En un contexto de alta expectación en Kiev, las elecciones presidenciales en Estados Unidos han concluido con la victoria de Donald Trump, quien asumirá su segundo mandato como el 47º presidente de la nación. Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania, felicitó con entusiasmo a Trump, rememorando su encuentro de septiembre, en el que abordaron la estrecha colaboración entre ambos países. Zelenski valora el compromiso de Trump hacia un enfoque de «paz a través de la fuerza», una estrategia que, según él, podría asegurar una paz justa para Ucrania. A pesar de las diferencias en las posturas sobre el apoyo a Ucrania, tanto la administración de Trump como la demócrata anterior, bajo Kamala Harris, han prometido respaldo al país europeo. Zelenski confía en que el apoyo bipartidista en Estados Unidos continuará siendo un pilar en el conflicto con Rusia.
Mientras el presidente ucraniano celebra la elección de Trump, el panorama internacional se muestra expectante ante las decisiones estratégicas del mandatario estadounidense. Kurt Volker, exasesor de EE. UU. para Ucrania, sugiere que Trump podría presionar a Vladimir Putin para aceptar la entrada de Ucrania en la OTAN, una movida que podría redefinir el equilibrio de poder en Europa. Sin embargo, Trump es conocido por su admiración hacia el poder autoritario del líder ruso, lo que genera inquietud en sectores de la élite política rusa, quienes temen su imprevisibilidad. Desde la OTAN, el nuevo secretario general, Mark Rutte, ha extendido una felicitación formal a Trump, recordando las tensiones previas con la Alianza durante su primer mandato. Con este nuevo escenario político, la comunidad internacional se prepara para posibles cambios en la dinámica de la seguridad transatlántica.
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