Una banda de ladrones, altamente organizada y asentada en Murcia, ha sido desarticulada tras llevar a cabo hasta 150 robos en viviendas de todo el país, principalmente en el sur de España. Los delincuentes actuaban con un plan meticuloso que incluía vigilancia previa, selección de objetivos y el uso de teléfonos encriptados para coordinar sus movimientos. Elegían fines de semana y festivos para sus asaltos, desplazándose a diferentes provincias para perpetrar los robos y regresando a sus bases con joyas, relojes y dinero en metálico, que escondían en huecos ocultos en los muros de sus hogares. Sus objetivos eran residencias situadas en zonas rurales o urbanizaciones aisladas, donde forzaban ventanas y puertas para acceder y extraer objetos de valor en cuestión de minutos.
Tras meses de investigación, la Guardia Civil detuvo a los doce integrantes del grupo en varias localidades de Murcia. Durante las intervenciones, se incautaron joyas, herramientas utilizadas en los robos y más de 12.000 euros en efectivo. Los arrestados enfrentan cargos por organización criminal, robo con fuerza y falsedad documental, aunque han quedado en libertad tras su paso por el juzgado. La operación, conocida como Alambrados-Cepa-Gratus, ha permitido esclarecer una serie de robos cometidos en diversas provincias, gracias a la cooperación entre las compañías de la Guardia Civil de Ronda, Antequera y Montilla.
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