Las gafas inteligentes Ray-Ban de Meta han suscitado un intenso debate sobre la privacidad tras un incidente en un centro de estética, donde una usuaria se sintió incómoda al ser atendida por una empleada que portaba estas gafas. Aunque no se confirmó si grababa durante el tratamiento, la situación desató una ola de reacciones en redes sociales, planteando la inquietud sobre cómo las personas pueden saber si están siendo grabadas con el dispositivo. Este caso ha resaltado preocupaciones sobre la ausencia de señales claras que indiquen la grabación.
Meta, consciente del potencial dilema, ha dotado a sus gafas de un sistema de aviso que activa una luz LED y emite un pitido al iniciar y finalizar la grabación. Sin embargo, expertos indican que estos indicadores son discretos y pueden ser difíciles de notar, especialmente en entornos iluminados o bulliciosos. A raíz de esto, algunos establecimientos han tomado medidas preventivas, sugiriendo a los clientes informar sobre grabaciones o prohibiendo el uso de las gafas. Estas reacciones plantean la necesidad urgente de que Meta refine el mecanismo de notificación para garantizar un mayor respeto a la privacidad.
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