Muchos establecimientos históricos de la ciudad, con varios siglos de vida, han optado por cerrar temporalmente durante el verano para llevar a cabo reformas. Esta decisión se debe a que no les resulta rentable mantener sus puertas abiertas durante la temporada estival, debido a la baja afluencia de clientes y al incremento de los costos operativos. Propietarios de estos negocios señalan que el periodo vacacional se convierte en una oportunidad para renovar sus espacios y asegurar su preservación arquitectónica y cultural, lo que les permitirá recibir de mejor manera a los clientes durante el resto del año.
Ante la situación, los dueños de estos establecimientos han solicitado al Ayuntamiento una mayor colaboración para potenciar su visibilidad. Consideran que la promoción de estos negocios históricos no solo contribuiría a revitalizar su actividad, sino que también enriquecería la oferta cultural y turística de la ciudad. Proponen iniciativas como recorridos históricos, campañas de publicidad focalizadas y la inclusión en las rutas turísticas del municipio, con el objetivo de atraer a más visitantes y asegurar la viabilidad económica de estos negocios centenarios.
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