En Colombia, la incertidumbre política sigue siendo protagonista a medida que se aproxima la elección para suceder al presidente Gustavo Petro en 2026. El panorama actual está marcado por un ciclo de repetición histórica, donde palabras como conspiración, defenestración y reelección evocan episodios pasados de tensión y violencia. La figura de Álvaro Leyva, acusado de conspirar contra Petro, rememora intentos de golpes de Estado similares al que enfrentó Ernesto Samper en los años 90. Mientras la derecha política reacciona con hostilidad ante la posible reelección de Petro, el debate se intensifica en un contexto de desconfianza y polarización.
En el ámbito internacional, la relación entre Colombia y Estados Unidos atraviesa momentos críticos, exacerbados por comentarios y ajustes políticos que han requerido gestiones diplomáticas para evitar mayores conflictos. El embajador de Colombia en Estados Unidos ha sido crucial en restablecer la estabilidad tras las tensiones provocadas por acusaciones de conspiraciones internacionales. Dentro del país, problemas como el controvertido contrato de pasaportes y la desconfianza en la transparencia electoral de 2026 complican aún más el escenario político. A pesar de un escenario lleno de aspirantes presidenciales, el ambiente está impregnado de dolor y desesperanza, reflejando una sociedad cansada por un pasado doloroso que parece repetirse continuamente.
Leer noticia completa en El Pais.