Colombia ha alcanzado un récord histórico en cultivos de hoja de coca, alcanzando las 253.000 hectáreas sembradas en todo el país, según el informe anual del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci) de Naciones Unidas presentado recientemente. Este incremento supone un aumento en la producción potencial de cocaína pura, la cual creció un 53% entre 2022 y 2023, alcanzando unas 2.664 toneladas. Las áreas con mayor expansión se localizan principalmente en la región del Pacífico, específicamente en los departamentos del Cauca y Chocó, que concentran el 40% de los nuevos cultivos. La proliferación de estos cultivos sigue favoreciendo a grupos armados ilegales como las disidencias de las FARC, la guerrilla del ELN y el Clan del Golfo, quienes se benefician de las rentas del narcotráfico.
En medio de esta alarmante situación, el informe de la UNODC subraya una paradoja notable: a pesar del incremento en los cultivos, el mercado de la cocaína en Colombia ha atravesado una crisis debido a la caída de precios y la falta de compradores, especialmente desde 2021. Este fenómeno ha llevado a muchas comunidades a almacenar la pasta base de cocaína como moneda de intercambio hasta que surjan compradores. La proliferación de cultivos también ha coincidido con un incremento en la violencia, especialmente contra líderes sociales, y el surgimiento de actividades ilícitas como la minería ilegal en regiones como el Cauca. La representante regional de UNODC, Candice Welsch, destacó que a pesar de la crisis del mercado cocalero, departamentos como Nariño siguen liderando en cantidad de cultivos de coca, y señaló que la productividad por hectárea se ha duplicado en comparación con dos décadas atrás.
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