Un inesperado incidente marcó la jornada en la falla Félix Pizcueta-Ciril Amorós de Valencia, cuando un ninot se desplomó apenas horas antes de la tradicional plantà. La caída se debió al colapso de la pieza provocada por el exceso de agua acumulada tras las intensas lluvias recientes en la ciudad. Alfredo Forriols, presidente de la comisión, explicó que el peso del agua había debilitado la estructura, lo que, combinado con el riesgo preexistente por el diseño del ninot, desembocó en el desafortunado suceso. A pesar del infortunio, la previsión de riesgos había llevado a ampliar el área de seguridad, evitando daños mayores y asegurando la integridad del resto de la falla.
Ante la adversidad, la comunidad fallera ajusta sus planes con creatividad y rapidez. La figura rota será retirada, conservando la cabeza parcialmente intacta para ser ubicada más abajo en el monumento. Forriols mencionó la contribución activa de los falleros, quienes proponen innovadoras soluciones, como la instalación de un código QR explicativo en el espacio del ninot caído. Sin la posibilidad de traer nuevas grúas, el desafío radica en reubicar con seguridad el resto de los ninots en posiciones más bajas, asegurando la estabilidad del conjunto. A pesar de las complicaciones logísticas, el grupo mantiene el enfoque en preservar y presentar su labor artística en medio de las adversas condiciones meteorológicas.
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