Argentina enfrenta una grave crisis financiera, marcada por un aumento significativo del riesgo país, que alcanzó los 1.453 puntos básicos, un salto del 16,6% en un solo día. Este incremento refleja la creciente desconfianza de los inversores en la capacidad del gobierno de Javier Milei para implementar el ajuste fiscal necesario para cumplir con sus obligaciones internacionales. En enero, el riesgo país había estado cerca de los 500 puntos, mostrando inicialmente un cierto interés del mercado en las propuestas económicas de derecha del gobierno. Sin embargo, el reciente desplome de hasta el 14% en los bonos emitidos en moneda extranjera pinta un panorama muy distinto.
La intervención del Banco Central, con la venta de 379 millones de dólares para controlar el alza del tipo de cambio, evidencia la presión que el gobierno enfrenta para estabilizar la economía. Esta intervención ocurre en un contexto de pérdidas electorales recientes para Milei y un rechazo a su veto de leyes clave, lo que complica aún más su situación de gobernabilidad. Con reservas internacionales limitadas y una política monetaria restrictiva, el gobierno se encuentra atado de manos mientras se avecinan elecciones cruciales. Con vencimientos de deuda inminentes y sin acceso a créditos externos, la sostenibilidad de las políticas económicas de Milei es ahora incierta, en un entorno de alta inflación y desaceleración económica.
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