La ensalada Cobb, un ícono de la cocina estadounidense, tuvo su origen en el restaurante Brown Derby de Hollywood en la década de 1930. Según la leyenda, Robert H. Cobb, el dueño del local, la creó de manera improvisada con los ingredientes disponibles en su cocina. Aunque este tipo de relatos gastronómicos surgen en diversas culturas, lo cierto es que la ensalada representa la vibrante y despreocupada gastronomía californiana. Su combinación de lechuga, tomate, pechuga de pollo, bacon crujiente, aguacate y huevo duro, aderezada con una vinagreta de mostaza, rápidamente conquistó tanto a locales como a comensales internacionales.
A lo largo de los años, la ensalada Cobb ha sido reinterpretada en innumerables variantes. Desde opciones vegetarianas que sustituyen el bacon y el pollo por tofu y garbanzos hasta adaptaciones famosas como la de Jennifer Aniston durante la serie «Friends». En su forma tradicional, los ingredientes se disponen cuidadosamente en hileras, pero versiones contemporáneas apuestan por una apariencia más natural y desordenada. Un ejemplo de esta evolución es la receta modificada que reduce los productos de origen animal y apuesta por una versión más ligera y vegetal. La preparación incluye una cuidadosa cocción del huevo y el bacon, un aliño bien equilibrado y una presentación final con cebollino fresco, demostrando que aunque el plato evoluciona, su esencia perdura.
Leer noticia completa en El Pais.