La responsable de un local en Madrid enfrenta cargos por un presunto delito de intrusismo profesional y otro contra la salud pública. Las autoridades descubrieron que el establecimiento realizaba procedimientos de estética sin contar con las licencias ni el personal cualificado necesario para llevarlos a cabo. Los clientes del lugar se encontraban sometidos a riesgos considerables debido a las prácticas realizadas sin las medidas sanitarias adecuadas, lo cual detonó la intervención de las fuerzas del orden y los servicios de salud.
El caso salió a la luz tras varias denuncias de clientes que experimentaron efectos secundarios adversos tras someterse a los tratamientos ofrecidos. Durante la investigación, se hallaron equipos y productos no homologados que incrementaban el potencial de daño a los usuarios. Las autoridades han subrayado la importancia de recurrir únicamente a profesionales acreditados para evitar situaciones similares, mientras prosiguen las diligencias legales contra la responsable del local. La comunidad se muestra preocupada y recalca la necesidad de mayores controles en el sector.
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