Clementina Arderiu, poeta catalana del siglo XX, dejó una marca significativa en la literatura a través de una obra caracterizada por la introspección y una espiritualidad profundamente arraigada. Nacida en 1889 en una familia de joyeros de Barcelona, desde joven se alejó del destino familiar para perseguir su inquietud artística. Se casó en 1916 con el también poeta Carles Riba, año en el que publicó su primera obra «Cançons i elegies». Arderiu utilizó su poesía para explorar temáticas como la fe, la guerra y la búsqueda de esperanza, reflejados en obras como “Prec en la guerra” durante la Guerra Civil española y su último libro, «L’esperança, encara». Se recuerda a Arderiu no solo por su contribución a la poesía catalana, sino también por su capacidad de plasmar la esencia de la lucha interna y el anhelo espiritual en su obra.
Asimismo, la influencia de Arderiu se extendió más allá de sus versos, como lo atestigua su legado familiar y cultural. Fue madrina del reconocido poeta Pau Riba, estableciendo un vínculo transgeneracional que incluso inspiró musicalmente a su ahijado a través de la interpretación de sus poemas en el disco «De Riba a Riba». Sus poemas, como «Cançó del dia inútil» y «Cançó del risc», vibran con un uso juguetón del idioma y una profunda reflexión sobre la existencia, características que Pau Riba tradujo a través de melodías contemporáneas. Exiliada en Francia tras la Guerra Civil, Arderiu documentó su amor y añoranza por su tierra natal en versos consistentes, destacando su conexión con Barcelona y marcando una etapa de exilio en el que su obra continuó desarrollándose a través de la nostalgia. En su poesía, Arderiu consiguió capturar la esencia de su vida, sus creencias y el espíritu resistente frente a las vicisitudes históricas y personales.
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