En la era actual, los términos «tóxico» y «narcisista» se utilizan a menudo de manera intercambiable para describir ciertos comportamientos, sin embargo, es esencial distinguir entre ambos. La doctora Ramani Durvasula, psicóloga residente en Los Ángeles, insiste en que, aunque el narcisismo se ha vuelto un tema común de discusión, todavía existe una falta significativa de comprensión sobre su auténtica naturaleza. En un video de YouTube que ha acumulado más de 50,000 visualizaciones, Durvasula enfatiza que etiquetar incorrectamente a una persona como narcisista no es beneficioso, ya que este diagnóstico conlleva una serie de rasgos específicos que no deben tergiversarse. Mientras que el narcisismo es un patrón de personalidad bien definido caracterizado por un comportamiento específico, el concepto de toxicidad es más subjetivo y puede variar según las experiencias personales y las percepciones individuales.
La doctora Durvasula describe a los narcisistas como personas con baja empatía, grandiosidad y una constante búsqueda de admiración y validación. Estas características conducen a comportamientos manipulativos, como el gaslighting, y su necesidad de poder se alimenta de inseguridad y vergüenza. En contraste, una persona tóxica puede presentar algunos comportamientos irritantes o perturbadores, pero carece del complejo trasfondo psicológico de un narcisista y potencialmente puede mostrar empatía en el contexto adecuado. Mientras que el narcisismo provoca una manipulación más profunda y efectos duraderos en las relaciones, la toxicidad es percibida según las peculiaridades personales, lo cual sugiere que alguien considerado tóxico puede exhibir rasgos positivos en situaciones distintas. Así, la comprensión de estas diferencias no solo es crucial para la identificación precisa, sino que también ofrece un panorama sobre cómo abordar y gestionar estos comportamientos en las relaciones interpersonales.
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