El día de la toma de protesta de Claudia Sheinbaum como presidenta de México ha culminado con un gran evento en el Zócalo de la Ciudad de México, que se llenó con miles de personas. En una ceremonia solemne, Sheinbaum recibió el bastón de mando de manos de mujeres representantes de los pueblos indígenas y afromexicanos, un gesto cargado de simbolismo que apunta a su compromiso con la diversidad y las raíces culturales del país. Este acto marca el comienzo de su mandato y, según sus palabras, del «segundo piso de la Cuarta Transformación», en referencia al movimiento político iniciado por su predecesor.
Sheinbaum aprovechó la ocasión para presentar una ambiciosa agenda de gobierno, destacando más de cien propuestas. Entre las iniciativas más significativas, anunció la homologación del tipo penal de feminicidio en todos los estados, y la creación de dos nuevas secretarías: la Secretaría de las Mujeres y la Secretaría Anticorrupción y de Buen Gobierno. Además, puso en la mesa la discusión para reducir la semana laboral a 40 horas, una medida que busca mejorar las condiciones laborales en el país. La toma de protesta y sus numerosos anuncios representan un fuerte arranque para lo que promete ser un sexenio de transformaciones profundas.
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