Durante diez fines de semana consecutivos, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha recorrido el país junto a la presidenta electa, Claudia Sheinbaum. Esta gira ha sido interpretada de diversas maneras: como un acto de despedida o como una forma de adoctrinamiento hacia Sheinbaum. Sin embargo, su verdadero propósito ha sido transferir a la presidenta electa los conocimientos políticos y operativos acumulados por López Obrador en sus seis años de gestión. Este «curso intensivo» ha permitido a Sheinbaum familiarizarse con detalles esenciales y no registrados oficialmente, como alianzas estratégicas, conflictos locales y estrategias políticas. Con esta formación, Sheinbaum busca reducir la curva de aprendizaje y continuar con algunas de las prácticas exitosas de su predecesor, adaptándolas a su propio estilo de liderazgo. La presidenta electa ya ha anunciado la continuidad de las conferencias mañaneras y las giras de fin de semana, evidenciando la influencia de esta transferencia de conocimientos.
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