Claudia Sheinbaum, presidenta de México, abordó el problema de la gentrificación durante la conferencia matutina del lunes, destacando la urgencia de enfrentar este fenómeno que agrava la crisis de vivienda en el país. Su declaración llega después de las protestas violentas del viernes pasado, donde cientos de jóvenes expresaron su inconformidad contra la especulación inmobiliaria y el desplazamiento forzado que provoca la llegada masiva de ‘nómadas digitales’ tras la pandemia del Covid-19. La manifestación tuvo un impacto significativo, marcando un claro rechazo a las condiciones que dificultan el acceso a viviendas asequibles para millones de jóvenes mexicanos.
En las últimas dos décadas, el precio de la vivienda en México ha aumentado un 226%, contrastando con una disminución del 23% en el salario promedio real. A pesar de esfuerzos gubernamentales para mitigar esta disparidad, como la iniciativa de Marti Batres para frenar el aumento excesivo de rentas, la falta de regulación efectiva en el mercado inmobiliario sigue constituyendo una barrera fundamental. La atención mediática ha intensificado el debate sobre la necesidad de reformar políticas para garantizar un acceso equitativo a la vivienda, revelando la presión social y económica creciente en torno a este tema crítico.
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