El Palacio Real de Madrid, también conocido como el Palacio de Oriente, es uno de los monumentos más representativos de la capital española y un ícono de su rica historia y cultura. Aunque es la residencia oficial de los reyes de España, la Familia Real reside en el Palacio de la Zarzuela, utilizando el Palacio Real principalmente para ceremonias de Estado y eventos oficiales. Con más de 135.000 metros cuadrados, es el palacio más grande de Europa Occidental. Este majestuoso edificio fue construido tras el incendio del antiguo Alcázar de Madrid en 1734. Bajo la dirección de arquitectos como Filippo Juvarra y Francesco Sabatini, el diseño del palacio incorpora un estilo barroco con influencias clasicistas. En sus muros se han desarrollado importantes eventos de la historia de España, convirtiéndolo en un testigo silencioso de los numerosos cambios que el país ha experimentado a lo largo de los siglos.
Además de su imponente arquitectura y lujosos interiores, el Palacio Real de Madrid encierra secretos en su subsuelo. Destacan los pasadizos subterráneos que, en otros tiempos, conectaban la residencia real con puntos estratégicos de la ciudad. Durante remodelaciones, se descubrieron restos de túneles, como el célebre «Pasadizo de la Encarnación», que unía el Palacio con el Monasterio de la Encarnación, permitiendo a los monarcas asistir a ceremonias religiosas de manera privada. Estas galerías no eran simplemente corredores oscuros, sino que estaban decoradas con obras de arte y bien iluminadas. Historias y leyendas rodean estos pasadizos, como la de Felipe IV, quien se dice los utilizaba para sus encuentros amorosos. Otros túneles conectaban con lugares como el Teatro Español y la Farmacia de la Reina Madre, revelando una red subterránea que se entrelaza con la historia y los misterios de la realeza y el Madrid antiguo. Estas estructuras son un testamento del ingenio y de las intrigas asociadas al poder monárquico.
Leer noticia completa en OK Diario.