El 23 de agosto de 1973, un atracador tomó por asalto el Banco de Crédito de Estocolmo, reteniendo a cuatro personas como rehenes y solicitando la presencia del famoso delincuente Clark Olofsson. Este incidente, que dejó perplejas a las autoridades debido a la inusual afinidad que se desarrolló entre los rehenes y sus captores, es el origen del conocido síndrome de Estocolmo. Clark Olofsson, quien falleció recientemente a los 78 años, se convirtió en un símbolo del crimen en Suecia y su historia ha sido recuperada en diversas producciones cinematográficas y series.
La miniserie «Clark», creada por Jonas Åkerlund, busca explorar la biografía de este carismático ladrón, desde su difícil infancia hasta sus notorias fechorías en la década de los 60 y 70. La producción detalla episodios clave, incluyendo cómo Olofsson llegó a Stockholm para ayudar al atracador Jan-Erik Olsson, lo que terminó por generar un vínculo sorprendente entre los rehenes y sus captores. Esta extraña dinámica fue acuñada como síndrome de Estocolmo por el psiquiatra Nils Bejero y ha revitalizado el interés por la historia a través de la narrativa dramatizada en la serie de Netflix.
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