Los distinguidos viñedos de Laguardia, Labastida, Leza y Villanueva de Álava son el centro de una metamorfosis silenciosa que está redefiniendo la identidad vinícola de esta renombrada región en España. Guiados por un profundo compromiso con el territorio, productores locales están adoptando prácticas vitivinícolas innovadoras y sostenibles que no solo respetan el medio ambiente, sino que también exaltan la autenticidad y singularidad de sus vinos. Este movimiento, aunque discreto, refleja una tendencia creciente hacia la preservación de la biodiversidad y la adaptación de técnicas ancestrales a los desafíos contemporáneos del cambio climático.
Estos pioneros del vino están logrando una nueva expresión enológica caracterizada por una mayor complejidad y respeto por el terroir. La apuesta por variedades autóctonas y la minimización del uso de productos químicos son algunos de los pilares de esta transformación que está capturando la atención de críticos y consumidores. En un mundo cada vez más globalizado, estos productores de Rioja Alavesa reivindican la importancia de lo local, demostrando que la tradición y la innovación pueden convivir en perfecta armonía para ofrecer vinos que narran la verdadera esencia de su origen.
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