En un intenso encuentro entre el Celta y su rival, un incidente marcó un punto crucial en el partido. Se vivió un momento de tensión en el minuto 23 cuando un pase en profundidad fue dirigido a Borja Iglesias, atacante del equipo rival. En su esfuerzo por alcanzar el balón, Iglesias colisionó accidentalmente con el portero neerlandés del Celta. Las rodillas del delantero impactaron fuertemente en el abdomen del guardameta, lo que provocó que el partido se detuviera momentáneamente mientras ambos jugadores recibían atención médica por el choque fortuito.
Este episodio encendió las alarmas en el estadio, con la afición expectante ante la condición de ambos futbolistas. El guardameta, visiblemente afectado por el golpe, recibió atención inmediata en el campo y, tras ser evaluado por los médicos del equipo, se decidió su sustitución para prevenir posibles complicaciones. Por su parte, Borja Iglesias también mostró signos de incomodidad tras el impacto, pero pudo continuar en el juego después de recibir asistencia rápida. El partido, que se mantuvo en un ritmo competitivo y emocionante, finalmente prosiguió después del incidente, dejando una lección sobre la intensidad y los riesgos inherentes al fútbol profesional.
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