El cierre de Secret 6 Madrid, una filial de Testronic y parte del grupo empresarial Catalis, ha generado controversia y preocupación en el ámbito del desarrollo de videojuegos en España. El pasado 16 de junio, Testronic comunicó el cierre de la filial madrileña, alegando pérdidas económicas irreversibles. Sin embargo, los trabajadores del estudio, respaldados por los sindicatos CSVI y CGT, han manifestado dudas sobre la validez del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) anunciado.
Secret 6 Madrid, especializado en el desarrollo de videojuegos AAA, ha sido un componente significativo de la industria durante ocho años. Su colaboración en proyectos de alto perfil como «The Last of Us: Part 2 Remastered,» «Diablo IV,» y «Lords of the Fallen» destaca la importancia del estudio en el sector. La adquisición de Secret 6 por parte de Testronic a finales de 2022 se presentó con la promesa de crecimiento y expansión en el mercado de outsourcing. Sin embargo, desde entonces, no ha habido nuevos contratos promovidos por Testronic, lo que alimenta las sospechas de una posible estrategia para desmantelar el estudio y trasladar el trabajo a otras localizaciones.
La situación ha generado malestar entre los empleados, quienes, junto con los sindicatos, consideran que puede no haber causa justificada para el ERE. La falta de apoyo y contratos por parte de Testronic desde la compra de Secret 6 sugiere, según los involucrados, una posible intención de deslocalización que perjudica la producción local en Madrid. Los trabajadores están en proceso de examinar las acciones legales disponibles para contestar el cierre y proteger sus derechos laborales.
El cierre de Secret 6 Madrid no solo afecta a los directamente implicados, sino que también plantea interrogantes sobre el modelo de negocio y apoyo a las filiales especializadas dentro de grandes grupos corporativos. La respuesta a este caso podría sentar un precedente significativo para el manejo de filiales en situaciones similares, en un sector que es clave para la economía digital y creativa.
Fuente: CGT