Se prevé que aproximadamente 200,000 fieles se reúnan en la plaza de San Pedro y sus alrededores, generando expectativas significativas en el Vaticano. Este evento, que destaca por su magnitud, es parte de una serie de celebraciones religiosas que buscan fortalecer la fe de los católicos y promover la unidad entre los asistentes. La seguridad se ha intensificado con medidas especiales para garantizar el orden y proteger a los participantes en medio de la multitud esperada.
Las autoridades han coordinado un operativo que incluye cortes al tráfico en áreas cercanas y la instalación de puntos de atención médica para abordar cualquier emergencia. Además, se ha dispuesto de voluntarios para asistir a los peregrinos que llegan desde diversos destinos. Esta congregación masiva subraya el atractivo perdurable de la plaza de San Pedro como núcleo espiritual, simbolizando un espacio de encuentro y devoción entre los fieles.
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