El Domingo de Resurrección es una de las festividades más importantes para los cristianos, marcando la resurrección de Jesucristo, quien, según el relato bíblico, venció a la muerte y ascendió al cielo. El Evangelio de Lucas narra que un grupo de mujeres encontró su tumba vacía, un hecho que algunos interpretan como un milagro, mientras que otros buscan explicaciones más terrenales. Entre las teorías que buscan comprender este evento se encuentra la del terremoto, respaldada por algunos científicos y el Evangelio de Mateo, que menciona sacudidas sísmicas durante la muerte y resurrección de Jesús. Investigaciones geológicas señalan que un movimiento sísmico en la región, entre los años 26 y 36 d. C., podría haber dado lugar al desplazamiento de la pesada piedra que sellaba el sepulcro.
Otras hipótesis explicativas han circulado, incluyendo la teoría del «cuerpo robado», sugiriendo que los discípulos de Jesús sustrajeron su cuerpo para fabricar la narrativa de la resurrección. Sin embargo, su plausibilidad es cuestionada dada la vigilancia romana del sepulcro. Paralelamente, la teoría del «desmayo» postula que Jesús nunca murió en la cruz, sino que recuperó la consciencia tras el descenso de la cruz, lo que algunos atribuyen a un error en la declaración de su muerte. Aunque relatos históricos como los del judío Flavio Josefo documentan sobrevivientes de crucifixiones, expertos coinciden en que la teoría del desmayo carece de fundamento sólido. De este modo, la resurrección sigue siendo un evento envuelto en explicaciones sobrenaturales y escépticas posturas científicas.
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