En el ámbito de la psicología, un nuevo tipo de personalidad ha emergido: los «otrovertidos». Según el psiquiatra Rami Kaminski, estas personas se caracterizan por no sentir pertenencia a grupos sociales y por tener una aversión a las dinámicas comunitarias, a pesar de ser amistosas y capaces de establecer vínculos profundos con individuos. A diferencia de los introvertidos y extrovertidos, los otrovertidos carecen de una conexión emocional con las identidades colectivas y los rituales compartidos, lo que a menudo provoca un sentimiento de desconexión en entornos sociales.
Kaminski destaca que, aunque los otrovertidos pueden parecer populares y bien recibidos en grupos, suelen experimentar una lucha interna al intentar encajar. Esta discrepancia emocional puede generar malestar, pero también presenta ventajas: su independencia les permite ser librepensadores y creativos. No temen al rechazo y son capaces de encontrar soluciones innovadoras a problemas, demostrando que su singularidad puede ser una fortaleza en lugar de una debilidad.
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