Recientemente, ha surgido una creciente preocupación entre la ciudadanía madrileña respecto al aumento de la delincuencia y la seguridad en la capital. Vecinos de varias zonas han manifestado su inquietud por la percepción de que los delitos han incrementado, especialmente aquellos relacionados con robos y agresiones. Estos temores resuenan en las redes sociales y han sido objeto de debate en las sesiones de los ayuntamientos locales. Medios de comunicación han destacado un incremento tangible en las estadísticas de criminalidad en ciertos barrios, lo cual genera un ambiente de inseguridad entre los residentes y advierte sobre la posible necesidad de medidas más estrictas para restablecer la percepción de seguridad y tranquilidad en la ciudad.
Sin embargo, la Delegación del Gobierno ha sostenido una postura firme al respecto, argumentando que estas preocupaciones son más bien «cortinas de las derechas para vender alarmas». A pesar de las cifras presentadas por opositores políticos y ciudadanos en redes, la Delegación mantiene que las estadísticas globales de criminalidad muestran una estabilidad en la seguridad de la ciudad. Funcionarios señalan que los hechos son utilizados políticamente para generar alarma social y desacreditar las gestiones actuales en seguridad. Según ellos, los datos oficiales demuestran que la situación no es alarmante, y advierten sobre el peligro de usar la seguridad ciudadana como herramienta política de manipulación y miedo entre los votantes.
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