En un tenso escenario frente al Tribunal Supremo Electoral, agentes antidisturbios utilizaron gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes que se congregaron de forma no autorizada. El mitin, que había generado preocupación por posibles confrontaciones, culminó en enfrentamientos cuando los participantes se negaron a dispersarse tras varios avisos de las autoridades. La protesta tenía como objetivo cuestionar la transparencia del proceso electoral y demandar reformas urgentes en el sistema.
Los agentes, equipados con equipos de protección y vehículos blindados, actuaron después de que algunos manifestantes comenzaran a lanzar objetos contundentes. La zona fue rápidamente despejada, aunque los efectos del gas lacrimógeno afectaron también a transeúntes y comercios cercanos. Organizaciones de derechos humanos han expresado su preocupación por el uso excesivo de la fuerza, mientras que el gobierno ha defendido las acciones policiales como necesarias para mantener el orden público.
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