El próximo 10 de febrero entrarán en vigor nuevos gravámenes que impactarán directamente a los sectores de hidrocarburos y maquinaria, según fuentes gubernamentales. Esta medida forma parte de un paquete fiscal que busca aumentar los ingresos públicos, en medio de una estrategia nacional para fortalecer la economía y abordar déficits presupuestarios. Las autoridades han indicado que estos impuestos son necesarios para adaptarse a los estándares internacionales y asegurar un desarrollo económico sostenible. Sin embargo, tanto representantes de la industria petrolera como del sector de maquinaria han expresado su preocupación por el posible aumento en los costos de operación y la cadena de suministro, lo que podría repercutir en el precio final para los consumidores.
Líderes empresariales y analistas económicos advierten que los nuevos gravámenes podrían tener un efecto desfavorable sobre la competitividad de las empresas nacionales, especialmente en un contexto de recuperación post-pandemia donde la estabilidad financiera es crucial. Algunos expertos sugieren que este incremento impositivo podría trasladarse finalmente al consumidor, incrementando los precios de productos básicos y maquinaria, lo que afectaría indirectamente varios sectores de la economía. En respuesta, el gobierno ha afirmado que está considerando medidas compensatorias para mitigar el impacto sobre los consumidores y planea incentivar inversiones en tecnología más limpia y eficiente, a fin de moderar el efecto económico y promover prácticas sostenibles a largo plazo.
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