Pekín ha decidido intensificar su inversión en defensa con un significativo aumento de 230.000 millones de euros este año, en un esfuerzo por mantener el ritmo con la creciente tendencia global de reforzar capacidades militares. Este incremento presupuestario subraya el propósito del gobierno chino de asegurar su posición en el escenario internacional frente a otras potencias mundiales, que también están ampliando sus presupuestos de defensa debido a la creciente inestabilidad geopolítica. La decisión de aumentar el gasto surge en un contexto de tensiones en diversas partes del mundo y responde a la necesidad de modernizar sus fuerzas armadas, así como de proteger sus intereses nacionales y económicos.
El movimiento de China para elevar su presupuesto de defensa no solo se trata de expandir sus capacidades militares, sino también de enviar un mensaje estratégico a nivel global. Pekín busca mantener su influencia regional y global mientras enfrenta desafíos de seguridad en su entorno inmediato, tales como las disputas en el Mar del Sur de China y la competencia estratégica en Asia-Pacífico. Además, esta inversión refleja un compromiso con el desarrollo de tecnología de defensa avanzada, necesaria para rivalizar con otras naciones desarrolladas que continúan avanzando rápidamente en capacidades tecnológicas y armamentísticas. En un entorno internacional cada vez más competitivo, China parece decidida a consolidar su papel como potencia militar clave.
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