En un recientemente anunciado movimiento, China ha decidido ampliar su régimen de controles a la exportación de tierras raras, incorporando nuevas materias y procesos a su lista de restricciones. Estas medidas, que entrarán en vigor en diciembre, afectan no solo a elementos clave como el holmio, tulio, erbio e iterbio, sino también al conocimiento sobre cómo se transforman en imanes de alto rendimiento. Pekín justifica este movimiento como una exigencia de seguridad nacional, elevando la incertidumbre sobre el suministro de componentes esenciales para sectores como el hardware informático, vehículos eléctricos y robótica, entre otros.
Las nuevas reglas amplían el alcance más allá de los elementos específicos, incluyendo tecnologías y procesos asociados a su refino y fabricación de imanes. Las licencias se tornarán más estrictas, con anticipadas denegaciones cuando el uso final esté vinculado a la defensa o semiconductores. Además, se refuerza la trazabilidad: las compañías extranjeras necesitarán permiso para exportar imanes que contengan trazas de tierras raras de origen chino.
Este cambio regulatorio podría impactar severamente en el hardware de consumo y en otros sectores. Los imanes permanentes basados en tierras raras son omnipresentes en componentes como unidades HDD, ventiladores, motores de precisión y más allá, como vehículos eléctricos y dispositivos médicos. Con China controlando gran parte del refinado y manufactura, un marco más restrictivo añade riesgo de suministro, trámites de cumplimiento y posibles retrasos logísticos hasta 2025.
Entre los riesgos concretos, destacan la necesidad de documentar el origen y proceso de los imanes, lo cual elevará costos y cargas administrativas. Aunque existen alternativas mineras en otros países, el cuello de botella se mantiene en la separación y refino, donde China conserva ventajas significativas. Este entorno podría llevar a sectores con ciclos largos a replantear certificaciones de proveedores y crear inventarios de seguridad para cubrir ventanas regulatorias.
A corto plazo, las alternativas a estos imanes son limitadas. Las sustituciones podrían afectar al rendimiento o tamaño, y, aunque algunos fabricantes ya valoran prácticas como dual sourcing, escalar rápido fuera de China no será sencillo.
El impacto en precios y disponibilidad será desigual, afectando principalmente a componentes de bajo margen y alto volumen. En HDDs y mecanismos de precisión, donde la elasticidad es menor, la industria podría priorizar ciertas líneas y clientes.
Ante este escenario, los equipos de compras y cumplimiento deberán estar atentos a las cláusulas de origen, certificaciones de proveedores, y considerar un plan B con proveedores externos a China. La revisión de inventarios y la evaluación técnica de imanes alternativos serán también cruciales.
Este movimiento de China se enmarca en un contexto geopolítico más amplio, reflejando los controles estadounidenses sobre la exportación de semiconductores. Es evidente que las materias primas clave para la transición energética y digital se han convertido en herramientas estratégicas en la política global, sugiriendo un período prolongado de controles recíprocos y licencias selectivas.
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