China ha lanzado un desafío audaz en la carrera global por la supremacía en inteligencia artificial al anunciar un megaproyecto en su desierto occidental. Este esfuerzo, liderado por un consorcio de empresas tecnológicas con respaldo estatal, busca desplegar más de 115.000 aceleradores de IA en 36 centros de datos, trazando una nueva frontera en el desarrollo tecnológico del país.
El proyecto, centrado en la ciudad de Yiwu, implica la instalación de más de 100.000 chips de NVIDIA, elementos esenciales para entrenar modelos de IA avanzados. Sin embargo, resalta una incógnita significativa: ¿cómo puede China adquirir estos chips frente a las severas restricciones de exportación impuestas por Estados Unidos, en vigor desde octubre de 2022? Washington argumenta que estas limitaciones se deben a preocupaciones de seguridad nacional.
Documentos revisados por Bloomberg sugieren que China podría estar utilizando canales indirectos para obtener estos chips, incluyendo posibles colaboraciones con socios en Malasia o Singapur. Además, China posee un stock de aceleradores H20 de NVIDIA, aunque su rendimiento queda muy por debajo de los modelos más avanzados.
Este megaproyecto evidencia una fisura en la efectividad de las restricciones tecnológicas de EE. UU. Sin un suministro constante de chips de última generación, las empresas chinas exploran vacíos regulatorios, triangulaciones comerciales y utilizan sus reservas para perseguir sus ambiciones.
A pesar de las restricciones, el mercado de centros de datos en China continúa su expansión. Se proyecta que alcance un valor de 300.000 millones de yuanes este año. Aunque las empresas todavía no migran masivamente a soluciones locales como los chips Ascend de Huawei, debido a su menor rendimiento comparado con NVIDIA, la dependencia del hardware extranjero persiste, obligando a las compañías a encontrar vías dentro del paisaje restrictivo.
La iniciativa en Yiwu subraya que, en la contienda por la inteligencia artificial, las reglas están lejos de ser claras y los atajos son frecuentes. A medida que Estados Unidos refuerza sus medidas para frenar la competencia tecnológica china, las empresas de Pekín están decididas a no quedarse atrás, navegando las complejidades geopolíticas con el firme propósito de asegurar su liderazgo en una era dominada por la inteligencia artificial.
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