Las principales compañías tecnológicas chinas, como Alibaba, Tencent y ByteDance, están liderando una intensa carrera para asegurar su suministro de aceleradoras de inteligencia artificial, en medio de rumores sobre posibles nuevas restricciones por parte de Estados Unidos. Durante el primer trimestre de 2025, estas empresas han desembolsado colectivamente alrededor de 16.000 millones de dólares para adquirir los chips NVIDIA H20, actualmente la GPU más avanzada que pueden adquirir legalmente en el mercado chino. Este movimiento no solo refleja el crecimiento del interés en la inteligencia artificial en China, sino también la incertidumbre geopolítica sobre el acceso futuro a esta tecnología.
El chip H20, aunque limitado en comparación con la generación más reciente de NVIDIA conocida como Blackwell, se ha convertido en un componente crucial en el ecosistema tecnológico de China. Aunque su rendimiento es hasta 15 veces inferior al de sus sucesores, el H20 es suficiente para desplegar modelos avanzados como DeepSeek y otros sistemas de inteligencia artificial generativa. Además, algunas versiones han integrado memorias HBM3e, incrementando así su rendimiento más allá de las expectativas iniciales. Sin embargo, la producción se enfrenta a un obstáculo significativo: la capacidad de manufactura global es limitada y NVIDIA no ha garantizado suficiente producción en su socio TSMC, resultando en retrasos que podrían aplazar las entregas hasta finales de año.
El factor político añade aún más presión a las empresas compradoras. Temen que nuevas restricciones desde Estados Unidos endurezcan las condiciones de exportación de chips sofisticados, lo que ha intensificado las adquisiciones. Algunas fuentes del sector sugieren que el gobierno chino ha aconsejado a las principales tecnológicas que moderen sus compras para no agravar las tensiones diplomáticas. En respuesta, gigantes como Alibaba, ByteDance y Tencent están reforzando sus infraestructuras y acelerando sus capacidades de desarrollo de inteligencia artificial, conscientes de que en el futuro el acceso a hardware avanzado podría depender de decisiones políticas más que de las del mercado.
El futuro del modelo H20 podría ser incierto si las innovaciones tecnológicas en otras partes del mundo continúan a paso acelerado. En caso de que las nuevas sanciones impidan la entrega de todos los pedidos, NVIDIA podría verse obligada a buscar nuevos mercados para sus productos menos competitivos, posiblemente a precios más bajos. Actualmente, la empresa presume de estar trabajando en una evolución del H20 que combine un mejor rendimiento con el cumplimiento de las normativas vigentes. Lo que está claro es que la batalla por el liderazgo en inteligencia artificial no solo se libra en el terreno de los algoritmos, sino también en los chips que los impulsan.
Este escenario revela una gran paradoja: mientras la inteligencia artificial se proyecta como un vector vital para el avance global, su progreso y acceso están constantemente condicionados por la fragmentación tecnológica y las tensiones geopolíticas. La competencia por asegurar chips no es meramente comercial; es una cuestión de soberanía digital, y cada trimestre puede marcar una diferencia significativa en esta carrera global.