El clima de tensión entre México y China se intensifica debido a las nuevas medidas proteccionistas adoptadas por el gobierno mexicano. Estas incluyen propuestas de aranceles de hasta el 50% a ciertos productos asiáticos, lo que ha generado preocupación en el gigante asiático. Las relaciones comerciales se han visto afectadas en un contexto donde Estados Unidos también ha endurecido su postura hacia China, en medio de una guerra comercial y las renegociaciones del tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC) previstas para 2026. El Ministerio de Comercio de China ha reaccionado formalmente, rechazando las acciones proteccionistas de México y señalando las múltiples investigaciones antidumping en curso. La tensión se refleja en las preocupaciones de China, que considera estas medidas parte de un patrón más amplio influenciado por la presión estadounidense.
En respuesta, la diplomacia china ha criticado el rol de Estados Unidos en este escenario, acusándolo de emplear tácticas de presión económica para modificar las relaciones comerciales de México con China. A pesar de las crecientes tensiones, el Secretario de Economía de México, Marcelo Ebrard, continúa manteniendo conversaciones buscando equilibrar intereses y evitando represalias comerciales debido al déficit existente con China. La inversión china, que ha aumentado significativamente en México con un notable flujo hacia estados como Guanajuato y Coahuila, destaca aún más la complejidad de las relaciones bilaterales. La decisión sobre los aranceles sigue pendiente en el Congreso mexicano, mientras el escenario global de proteccionismo sigue complicando las dinámicas comerciales.
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