China ha intensificado sus medidas comerciales de cara a futuras negociaciones con Estados Unidos, implementando restricciones en la exportación de tierras raras y baterías de litio, sectores donde tiene un control casi absoluto. Estas restricciones incluyen materiales de tierras raras y herramientas relacionadas, así como artículos como el polvo de diamante sintético y sierras, esenciales para diversas aplicaciones industriales. Además, Pekín ha incluido a 14 organizaciones extranjeras, principalmente estadounidenses, en su lista de entidades no confiables, permitiendo la imposición de sanciones. Estas acciones reflejan un regreso a las tácticas agresivas de la guerra arancelaria, a pocos días de una cumbre entre Donald Trump y Xi Jinping, donde se esperan esfuerzos para reducir tensiones comerciales.
Las nuevas normativas entrarán en vigor justo antes de que finalice la tregua arancelaria impuesta por Trump, y abarcan múltiples aspectos del comercio de materiales críticos. China ha establecido la obligación para las empresas extranjeras de obtener aprobación para exportar ciertos productos que contengan trazas de tierras raras chinas, incluso si fueron producidos en el extranjero. Este movimiento dota a Pekín de un mayor control, similar al bloqueo estadounidense de semiconductores. Además, China ha ampliado las restricciones a nuevas tierras raras y ha reforzado su dominio en la cadena de suministro global, con un impacto significativo en la política geopolítica del siglo XXI. Estas decisiones, vistas como una estrategia negociadora, se producen antes de la reunión planificada entre ambos líderes en Corea del Sur, y podrían influir en las futuras dinámicas comerciales entre las dos potencias.
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