Un reciente estudio basado en las rocas traídas por la misión Chang’e-6 ha revelado diferencias significativas entre las caras visible y oculta de la Luna. Según el análisis, el interior de la cara oculta del satélite es más frío que el de la cara visible. Este hallazgo sugiere variaciones térmicas que podrían estar relacionadas con diferencias en la composición mineral y la historia geológica de ambas zonas.
El nuevo descubrimiento se suma a las ya conocidas diferencias superficiales entre los dos lados de la Luna. Mientras que la cara visible presenta vastas llanuras de mares de basalto que reflejan una historia de actividad volcánica, la cara oculta es predominantemente montañosa y llena de cráteres. Los resultados del análisis de las rocas podrían proporcionar nuevas pistas sobre la evolución y el desarrollo interno del satélite, arrojando luz sobre enigmas que han intrigado a los científicos durante décadas.
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