Samsung y LG han iniciado una serie de medidas de emergencia ante el creciente dominio de las empresas chinas en el mercado global de televisores. Durante años, estas marcas surcoreanas han liderado el sector, desbancando a los gigantes japoneses, pero el avance de TCL y Hisense amenaza con alterar el liderazgo.
En el primer trimestre de 2025, LG Electronics reportó un margen de beneficio operativo mínimo, señalando que el encarecimiento de los paneles LCD y la presión de precios de la competencia china han perjudicado sus finanzas. Samsung ha tomado medidas drásticas, como recortes del 20% en gastos bajo la dirección de Yong Seok-woo, para enfrentar la situación.
El componente crucial en los televisores, el panel LCD, ha experimentado un aumento de precio, afectando los costos de producción para las firmas coreanas que dependen de proveedores externos. Por otro lado, China, que controla toda la cadena de suministro de LCD, se está posicionando más fuerte en el mercado global.
Las empresas chinas como TCL y Hisense han sacado ventaja de programas estatales en su país de origen, permitiéndoles ofrecer precios más competitivos en el extranjero. Además, un reciente fallo del Tribunal de Comercio Internacional de EE. UU. facilita aún más su expansión en el mercado norteamericano.
El declive en el liderazgo surcoreano recuerda la transición que experimentó el sector hace dos décadas cuando Corea del Sur superó a Japón. Aunque Samsung y LG cuentan con una fuerte presencia en tecnologías avanzadas como OLED y QD-OLED, enfrentan una gran presión en los segmentos de precio medio y bajo.
China no solo avanza en la tecnología LCD sino también en OLED, con empresas como BOE emergiendo en el sector. El verdadero desafío para Corea del Sur es reinventarse para evitar perder su dominio en el mercado global de televisores.
Con China a punto de convertirse en el principal exportador mundial de televisores, el tiempo apremia para que las empresas surcoreanas reaccionen y definan el futuro de una industria que han controlado durante décadas. El próximo movimiento, en este tablero global, podría ser crucial.
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