Estados Unidos y China han llegado a un acuerdo para reducir los aranceles que habían impuesto mutuamente, en un esfuerzo por aliviar las tensiones comerciales entre las dos economías más grandes del mundo. Según lo pactado, los aranceles estadounidenses se reducirán al 30%, mientras que los gravámenes impuestos por el gigante asiático disminuirán al 10%. Este movimiento es visto como un paso significativo hacia la normalización de las relaciones comerciales, que se habían deteriorado en los últimos años debido a las disputas sobre prácticas de mercado y protección de propiedad intelectual.
Los analistas económicos consideran que la reducción de aranceles facilitará el intercambio de bienes y servicios entre ambos países, estimulando el crecimiento económico y beneficiando a diversas industrias que anticipan un aumento en el comercio bilateral. Sin embargo, advierten que quedan desafíos por resolver, como los desequilibrios comerciales y las preocupaciones sobre la transferencia de tecnología. A pesar de estos problemas pendientes, el acuerdo es recibido positivamente por los mercados financieros, que esperan una disminución de la incertidumbre global y una expansión de las oportunidades de negocio internacionales.
Leer noticia completa en El Mundo.