Chicago se convierte nuevamente en el epicentro del Partido Demócrata, acogiendo a más de 4.500 delegados para la aclamación de Kamala Harris y Tim Walz como candidatos presidenciales. La ciudad, históricamente significativa para los demócratas, resplandece con un despliegue de seguridad y agitación al recibir a unas 50.000 personas, incluyendo periodistas y celebridades. Este evento marca un cambio crucial luego del sorpresivo anuncio de Joe Biden de no buscar la reelección, cediendo el protagonismo a Harris. La convención está cargada de expectativas mientras se busca evitar el caos de 1968 y promover un mensaje de unidad y esperanza.
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