Las incursiones de aviones y drones rusos en el espacio aéreo de países de la OTAN han elevado las tensiones en Europa, generando alarmas sobre un posible enfrentamiento. Varios líderes europeos han comenzado a considerar la opción de derribar cazas rusos que violen el espacio aéreo soberano. En este contexto, el presidente de la República Checa, Petr Pavel, ha enfatizado la necesidad de que la OTAN responda de manera contundente ante estas provocaciones, argumentando que ceder ante la agresión no es una alternativa viable.
Por su parte, el presidente finlandés, Alexander Stubb, ha revelado que las garantías de seguridad para Ucrania, discutidas por una coalición de países europeos, implican un compromiso de defensa activa si Rusia decide lanzar nuevas ofensivas. Stubb ha subrayado que estas garantías deben ser sólidas y creíbles, dejando claro que Rusia no tendrá control sobre las decisiones de los estados soberanos. A pesar de estos avances, el diario «The Guardian» señala la incertidumbre sobre la disposición real de todos los países europeos para asumir estos compromisos, destacando que las promesas hasta ahora han sido más sobre confianza que sobre obligaciones firmes, lo que podría minimizar el riesgo de un conflicto directo con Moscú.
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