Sergio «Checo» Pérez enfrentó un fin de semana complicado en el Gran Premio de México al clasificarse en el puesto 18, su peor posición en una carrera en casa desde 2015. El mexicano expresó su frustración ante los medios, admitiendo dificultades con los frenos del auto, un problema persistente durante las últimas carreras. Pérez habló sobre la falta de agarre que le ha impedido atacar las frenadas en las curvas lentas, un inconveniente sin una solución rápida aparente. En medio de su desolación, se anticipa una competencia ardua, ya que arrancar desde casi el último lugar hace improbable sumar puntos valiosos en el campeonato. Mientras tanto, Carlos Sainz se adueñó de la pole, dejando al piloto de Red Bull a más de un segundo y medio por vuelta, una diferencia significativa en la Fórmula 1.
La presión se intensifica en Red Bull respecto al futuro de Pérez, a pesar de tener contrato hasta 2026. Rumores sobre posibles reemplazos, como Yuki Tsunoda y Liam Lawson, se han acentuado tras el bajo desempeño del piloto mexicano. En el pasado, los éxitos de Pérez, incluyendo podios en las temporadas 2021 y 2022, le dieron un lugar especial en el corazón de los fanáticos mexicanos, quienes ahora ven con nostalgia esos momentos de gloria. A pesar de la atmósfera adversa y las expectativas crecientes, Pérez se mantiene optimista, destacando que cualquier cosa puede suceder en una carrera larga. El piloto mexicano sigue comprometido a darlo todo frente a su público, aunque los festejos podrían volver a brillar por su ausencia.
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