Caracas ha expresado su intención de romper sus lazos energéticos con Trinidad y Tobago, en una medida que podría alterar las dinámicas regionales de suministro de gas. La tensión se ha incrementado luego de desacuerdos sobre términos contractuales y acusaciones de incumplimientos en acuerdos previos. Esta situación amenaza con desestabilizar la relación entre ambos países, históricamente basada en la cooperación energética y la exportación de gas natural.
Analistas aseguran que esta ruptura no solo afectaría los planes energéticos de ambos países, sino que también podría tener repercusiones económicas más amplias en la región del Caribe. Mientras las negociaciones se estancan, ambos gobiernos están bajo presión para encontrar una salida diplomática que evite la interrupción de suministros y minimice el impacto en el mercado energético regional. La comunidad internacional observa con atención el desarrollo de estas conversaciones, considerando el rol crucial de ambos países en el suministro de recursos energéticos.
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