En el corazón de Chamberí, un homenaje a la tradición y perseverancia comercial resplandece con la entrega del distintivo ‘Treintañeros’. Hoy, el concejal del distrito, Jaime González Taboada, entregó este galardón a los propietarios de Gráficas Santamaría, reconociendo sus más de 30 años de actividad en la emblemática calle de Blasco de Garay 22. Esta distinción, parte de una campaña municipal para potenciar el comercio de proximidad, celebra a los establecimientos que han cimentado sus cimientos en el tejido social de la comunidad.
Con este reconocimiento, se suman ya 30 comercios en Chamberí que reciben este distintivo, una iniciativa impulsada desde el Pleno del distrito en marzo de 2024 y que se materializa en colaboración con la Dirección General de Comercio, Hostelería y Consumo. Dicha iniciativa busca rendir tributo a aquellos negocios que han contribuido significativamente no sólo a la historia del distrito, sino también a la cohesión y convivencia locales.
Gráficas Santamaría, un pilar de la tradición comercial de la zona, tiene un legado que se remonta a 1925. Fundada por Ricardo Santamaría y su esposa Carmen Andrés en Mondragón, la imprenta se trasladó a Madrid en la década de 1930. Sin embargo, su camino no estuvo exento de desafíos, ya que la Guerra Civil obligó a sus fundadores a buscar refugio temporal en Murcia y Alicante. Al concluir el conflicto, Gráficas Santamaría reabrió sus puertas en la capital, mostrando una notable capacidad de resiliencia.
Tras el fallecimiento de su fundador en 1949, la segunda generación, integrada por Ricardo y Pepe, tomó las riendas del negocio. Los hermanos condujeron la imprenta hacia una próspera evolución, convirtiéndola en una sociedad anónima en los años 70. Desde 1991, el negocio sigue bajo el liderazgo de Fernando Santamaría, nieto de los fundadores, quien ha continuado el legado familiar.
El distintivo ‘Treintañeros’ no sólo es un reconocimiento a la longevidad, sino también un homenaje a la capacidad de adaptación y a la fidelidad de los clientes que han sostenido a estos comercios a lo largo de las décadas. En un mundo cada vez más orientado al consumo masivo y a la digitalización, estas pequeñas empresas representan un vínculo tangible con el pasado y un testimonio del valor de la perseverancia en el comercio local.