La Plaza Mayor de Ourense se prepara para ser el escenario de una acción contundente este 25 de septiembre, en el marco de la campaña confederal contra lo que la Confederación General del Trabajo (CGT) ha denominado como «terrorismo patronal». Esta iniciativa, que comenzó hace dos años, se focaliza en esta ocasión en la problemática de la siniestralidad laboral, una realidad que, según denuncian, sigue azotando a la clase trabajadora en Galicia y el resto del Estado español.
Un informe reciente de la CGT, fundamentado en datos del Ministerio de Trabajo, revela un panorama preocupante: aunque ha habido una leve disminución en los accidentes laborales en 2025, aún persiste un número alarmantemente alto de muertes —las cifras de 2024 indicaban 830 fallecimientos, un incremento del 8,9% respecto al año anterior.
La raíz de esta siniestralidad, según el informe, incluye factores como golpes contra objetos inmóviles, sobreesfuerzo físico y accidentes de tráfico. Aunque estos han disminuido ligeramente, la situación sigue siendo crítica en sectores como la hostelería y la administración pública. En Galicia, A Coruña y Pontevedra lideran las estadísticas de accidentes, con cerca de 15,000 incidentes, la cifra más alta en cinco años. Desde enero hasta julio de 2025, se registraron unas 38 muertes laborales.
La CGT no duda en señalar responsables. Argumentan que estas tragedias son evitables y son consecuencia directa de un sistema que prioriza las ganancias sobre la seguridad y dignidad laboral. Las reformas laborales, según critican, no han logrado mejorar la situación; al contrario, han empujado el mercado hacia la precariedad, afectando principalmente a los más vulnerables.
La organización insta al gobierno español a tomar medidas urgentes, incluyendo la derogación de las reformas laborales actuales, la instauración de condiciones laborales dignas, la reducción de la jornada laboral y la implementación de mecanismos que frenen los abusos patronales.
Para la CGT, los trabajadores no son meros números en estadísticas, sino personas cuyas vidas y familias dependen de un sistema que debería proteger, no explotar. La manifestación en Ourense pretende ser un recordatorio de esa realidad, un llamado a la justicia y al cambio estructural que tanto demandan.
Fuente: CGT